Tras el fin de la Serie Mundial y algunos movimientos gerenciales relativos a cambios y firmas de poca monta, los equipos y las Mayores en sentido general han pasado algo más de una semana sin nada que valiera la pena ni mirar, pero Canó, a veces hasta sin querer queriendo ha calentado el frío invierno de las Mayores.
El solo hecho de ser uno de los jugadores mejores pagados del negocio (Canó tiene un contrato garantizado de 10 años por 240 millones de dólares con los Marineros) provoca la envidia y resquemor muchas veces entre las mismas personas que de una u otra forma están ligadas a un estelar jugador.
El antiguo Todos Estrellas y ex coach de primera base de Seattle Andy Van Slike, uno de los jardineros defensivos más espectaculares a principios de los 90s, se ha desatado con un chisme de primera, al señalar que Robinson Canó no se siente a gusto con los Marineros de Seattle, que le gustaría estar de nuevo con los Yankees y que Canó ha sido el peor jugador regular que ha visto, agregando que su pobre desempeño le costó el puesto al dirigente Lloyd McLendon y al gerente Jack Zduriencik.
Lo primero es que las declaraciones de Van Slike demuestran la envidia de un hombre que ganó alrededor de 30 millones de dólares en su carrera y que similar a la mayoría de coaches se encuentran en mala situación económica, pues en más de una ocasión he dicho que después que usted se pasa cerca de 20 años entre las Menores y MLB aguantando los viajes y las temperaturas extremas en un estadio de béisbol no es para seguir en un terreno de juego si ha administrado con discreción su fortuna.
Hace un par de años Jack Clark acusó a Albert Pujols de haber usado sustancias prohibidas. Clark, un exjugador que accionó en 18 campañas en las Mayores, está en una pobreza tal que en ese momento laboraba como comentarista en un programa de radio.
Canó siempre es noticia en la temporada muerta. Hace un par de años se habló de la manutención de una hija, el año pasado fue noticia al acceder a una petición de su abuelo de verlo jugar con las Estrellas Orientales antes de morir y este año se ha destapado este bochinche.
Es posible que Canó en un momento de frustración y disgusto se haya quejado por los malos resultados de él mismo en la primera parte de la temporada y en sentido general de un conjunto que ha realizado grandes inversiones para conseguir su primera participación en postemporada, que de hecho es el equipo con más tiempo fuera de play off (desde el 2001). Un jugador estelar y multimillonario debe manejarse bien con su guante, su bate y lo que dice, salvo David Ortiz, quien siempre anda buscando pendencias.
Parece que Van Slike no ha visto los registros de por vida de Caná para señalar que es un jugador mediocre, en un claro reflejo de no entender que su carnaval pasó y que Robinson Canó es una de las figuras del juego.
Van Slike le ha puesto sazón a las Mayores, que antes de este bochinche estaba en un proceso de letargo.