El fichaje de David Price, que será oficial el viernes, luego de pasar la prueba física de rutina, deja con los ojos largos a muchos equipos que soñaban con tener en sus filas al extraordinario zurdo.
El contrato hay que evaluarlo desde diferentes puntos. Primero los Medias Rojas son conocidos por no llegar a pactos de más de cuatro años, salvo casos excepcionales, incluso en la temporada muerta del 2014 acordaron con Pablo Sandoval, Hanley Ramírez y Rich Porcello, tres hombres que no llenaron las expectativas con los Red Sox la temporada pasada. Porcello llegó previamente vía cambio (en un movimiento que incluyó a Joenys Céspedes).
Lo otro es que esos dos millones más le dan el rango del lanzador mejor pagado, a un hombre que logró el Premio Cy Young en el 2012 y que este año fue la llave para que los Azulejos de Toronto alcanzaran su primera postemporada desde 1993. Se sabía que los Azulejos no tendrían la respuesta monetaria para quedarse con Price, pero al menos lograron el objetivo de pasar a los play off.
Boston ha estado desde el 2012 montando y desmontando su estructura como equipo. En el 2012 cedieron a un grupo de jugadores a los Dodgers, cargando los Esquivadores con un monto de unos 250 millones de dólares. En el 2014, tras su tercer campeonato en diez años, volvieron a desmontar el equipo, dejando ir gente de la categoría de Jon Lester y John Lackey, por solo mencionar algunos nombres.
Conseguir un lanzador de la categoría de Price (104-56 3.09, 30 años de edad y 469 entradas los últimos dos años) le redondea la rotación a cualquier equipo. El inconveniente con este tipo de contrato es que normalmente amarra, al menos por un par de años, al equipo que hace ese tipo de inversión. Pasó con Detroit (con los fichajes de Cabrera y Verlander) y con los Yankees, que aparenta un equipo frisado o de segunda categoría por sus inversiones o los mismos Dodgers quienes no pudieron negociar con Greinke.
Dave Dombrowski, el ex gerente de Detroit, ha estado agresivo este otoño consiguiendo hace un par de semanas vía cambio al cerrador Graig Kimbrel, garantizando el final de los juegos, elemento que ha sido un dolor de cabeza para el conjunto.
Así las cosas los Red Sox intentarán retomar el camino del éxito, negado los últimos dos años y ver qué pasa con los demás equipos de la División Este de la Americana y los agentes libres pendientes en el mercado.