Por Andrés Toribio
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Profesor Andrés Toribio |
Santo Domingo Este, R. D.- Las confusiones en que incurren muchas personas en el uso de la lengua, merece una reflexión de parte de los que estamos decididos a respetar sus normas y su economía en el buen uso de las palabras. Se incurre muchas veces en el uso de un término por otro, en el circunloquio innecesario y en los desdoblamientos: características propias de un desconocimiento de las normas que rigen el sistema.
Según lo expuesto anteriormente: el género no es igual a sexo. Él es una propiedad de los nombres y de los pronombres. Por ende, podemos manifestar, que las personas no tenemos género, tenemos sexo. En consecuencia, la expresión: “violencia de género” es incorrecta, la violencia la cometen las personas, no las palabras. Por tal razón, se debe decir: violencia sexual o violencia doméstica, como nos indica la Real Academia Española. Tampoco se acepta la utilización redundante del masculino y del femenino. Ejemplo: “La mayor parte de los ciudadanos y ciudadanas”, es un rodeo. No debemos olvidar, que el criterio básico de la lengua es economía y simplificación. Lograr la máxima comunicación con el menor esfuerzo posible, no diciendo en diez palabras lo que puede resumirse en cinco.
A lo largo de los últimos años, destacados miembros de la RAE han venido rebatiendo la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en forma masculina y femenina. Una comisión del parlamento andaluz se dirigió a la Real Academia Española solicitando un informe sobre la corrección de los desdoblamientos: “diputados y diputadas, padres y madres, niños y niñas”. La Real Academia Española respondió puntualizando que tales piruetas son innecesarias. Pero además, el empleo de circunloquios y sustituciones inadecuadas: “diputados y diputadas electos y electas”, en vez de diputados electos, o llevaré “los niños y las niñas” a la escuela, en vez de llevaré los niños a la escuela, resulta empobrecedor, artificioso y ridículo. (Arturo Pérez-Reverte) de la RAE.
Por otro lado, dice Gregorio Salvador, de la Real Academia Española: “Estúpidamente incorrecto”. Me refiero a la estúpida incorrección de “para todos y todas”, “los compañeros y compañeras”. “Estudien gramática”. Sustituir” los funcionarios por “los funcionarios y funcionarias”, es tonto e inútil, destroza la economía del lenguaje. Es grotesco. (Francisco R. Adrados).
En cuanto a la palabra miembro: se admiten las alternativas: “ella es el miembro (o la miembro) más notable del equipo”. Pero “miembra” no se recomienda.
De acuerdo a nuestro entender, es inadecuada la expresión:”sin ninguna discriminación por razones de género” aparecida en el artículo 39 de la Constitución y “la erradicación de las desigualdades y las discriminación de género” en su numeral 4 del mismo artículo, en relación con la palabra género.
Si el deseo o aspiración es llevar a la práctica la efectiva igualdad entre la mujer y el hombre, la gramática estableció dicha igualdad implícitamente, cuando dice: los diputados, ahí están ellas, si dice: los ciudadanos, ahí están ellas, si dice los candidatos, ahí están ellas. En suma: la gramática ha sido más justa que muchos hombres, ya que nunca tuvo la intención de establecer ninguna diferencia entre ambos.