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Santo Domingo, R. D.- El ministro de Trabajo, doctor Max Puig, consideró que las condiciones en que laboran los trabajadores y las trabajadoras domésticas en el país y su limitada regulación, representan un reto para la República Dominicana, enfatizando que se les debe garantizar el cumplimiento de todos los beneficios que implica el trabajo decente.
Puig habló en estos términos previo a su participación en la 99ava. Conferencia Internacional del Trabajo, que se realiza en Ginebra, Suiza, en la que se persigue establecer regulaciones a este tipo de trabajo remunerado, a los fines de adecuarlo a la realidad del mercado laboral formal.
“La Constitución de la República, en el Artículo 55, numeral 11, abre puertas a la valoración del trabajo doméstico, en sentido amplio, a partir de su reconocimiento como creador de valor agregado y productor de riqueza y bienestar social, lo que favorecería la inclusión del trabajo doméstico remunerado en las políticas públicas y sociales e, incluso, en el Producto Interno Bruto (PIB) nacional”, dijo Puig.
Destacó que en República Dominicana y el resto de los países subdesarrollados, el porcentaje de personas que vive de este oficio es importante, pero que a pesar de esto, las trabajadoras domésticas cuentan con limitados mecanismos para reivindicar sus derechos. De la misma forma, como este oficio no tiene reconocimiento público, sus ejecutantes no participan de los procesos de sindicación laboral dentro de los organismos laborales tripartitos.
Al mismo tiempo, el Ministro de Trabajo mostró interés en que las mujeres, quienes son las que, en su mayoría, realizan estas labores, ejerzan su oficio dentro de un marco de trabajo decente y visibilidad, a los fines de que puedan disponer de los derechos y responsabilidades que conlleva
Puig valoró el hecho de que la mayoría de las actividades del mercado laboral se realizan en el ámbito de lo público, mientras que las labores de las trabajadoras domésticas se realizan en casas particulares, es decir, dentro del ámbito privado.
Agregó el Ministro de Trabajo que esta invisibilidad con la que se ejerce el oficio favorece las violaciones flagrantes de derechos, entre las que se incluyen la violación a derechos humanos de las personas trabajadoras, la presencia de niños, niñas y adolescentes en trabajos de adultos y el no reconocimiento de los derechos adquiridos por tiempo de ejercicio, como la inclusión en el Sistema Dominicano de Seguridad Social.
Puig valoró el estudio realizado por el Consejo de Ministras de la Mujer de Centroamérica (COMMCA), en el que se promueven acciones para reducir los factores de vulnerabilidad y falta de seguridad que enfrenta este núcleo poblacional a través de políticas públicas dirigidas a estos fines.
Señaló Puig que la feminización de la migración (según el estudio, el 48% de la población migrante es femenino), los bajos niveles educativos, la falta de oportunidades de empleo y la agudización de la crisis económica son factores que empujan al aumento del trabajo doméstico, por lo que se requiere de políticas específicas que dignifiquen esa fuente de empleo.
El estudio, denominado “Puertas Adentro: Mitos y Realidades del Trabajo Doméstico Remunerado en Centroamérica y República Dominicana”, destaca que la creciente integración de las mujeres en el mercado laboral y el incremento de los hogares con jefatura femenina, provocan cambios en la composición de los hogares y en la distribución de las tareas del hogar, lo que conlleva un incremento del trabajo doméstico remunerado como respuesta a estas condicionante