En el video que acompaña esta nota, se puede ver el momento en que son robadas algunas piezas de un vehículo, en el exclusivo sector de Naco, lo que evidencia que la delincuencia y la criminalidad acechan permanentemente a los dominicanos, sin importar que se trate de sectores humildes o privilegiados. El video, fue captado por las cámaras de seguridad de la residencia de la víctima, un abogado que prefiere no ser identificado.  

En República Dominicana, trátese de dominicanos o de extranjeros, nadie, pero absolutamente nadie tiene garantizados los derechos a la vida, a la integridad física, a la dignidad y a su patrimonio, pues en cualquier momento, a cualquier hora del día o de la noche, puedes ser atracado y despojado hasta de la vida, por criminales motorizados,  ante la mirada cómplice de nuestras autoridades y del Estado Dominicano, garante por excelencia de la impunidad y cómplice de la criminalidad. 

Las calles dominicanas están llenas de delincuentes que tienen hasta 50 fichas por igual cantidad de crímenes y delitos. Quienes las transitan lo hace a vida o muerte, conscientes de que es probable que no puedan regresar a sus hogares y a sus familias. 

A los dominicanos no les queda de otra que orar para que Dios Todopoderoso les proteja, ya que autoridades que los protejan, no hay. 

Francina Hungría, el comunicador y abogado Jordy Veras, el senador Darío Gómez, el pelotero Víctor Liriano, son solo algunos de los miles de dominicanos que han sido alcanzados por las poderosas garras de la delincuencia, a lo que se suman los recientes atracos a instituciones bancarias. 

La gran mayoría de los dominicanos, se mantienen indiferentes a la creciente ola de criminalidad, pensando que nunca tocará a sus puertas ni a las puertas de sus familiares y seres queridos. 

El recién designado jefe de la policía, Mayor General Nelson Ramón Peguero Paredes, ha advertido que enfrentará la delincuencia con manos duras, en cualquier terrero. 

Todos los dominicanos deberían elevar su voz y exigir mayor protección de las autoridades, porque la delincuencia nos amenaza a todos por igual.

Santo Domingo, R. Dom.