¿Cuál fue ese gran golpe?, su masificación con personalidades que nadie les cuestiona ese mote, pero muchos con una militancia del paquete, sin mucha calidad en el compromiso con el pasamiento del Maestro Juan Bosch, sí, ahí sin dudas existen varios que ni el Himno de su partido tal vez sepan, no ha habido tiempo para esa tarea.
Se sabe que los debates en el CP peledeísta no son independientes, que hay que oír cuál es la línea, por quién debo levantar una de las manos, lo que le convenga al grupo, no así a la institucionalidad, en fin, ésta no vota ni me da poder.
Es bueno observar con claridad meridiana, que la Ley de los partidos políticos es tan imprescindible para el sistema de desenvolvimiento de éstos, como lo es la reestructuración y reducción a la vez del CP del PLD para que se vuelva a pensar en lo cualitativo.
Sí, en lo cualitativo, en eso que Juan Bosch dijo hasta la enésima vez, que “la calidad pariría la cantidad”, pero ésta vino en varias pobladas. Y la masificación es divina, pero para ganar elecciones, no para disciplinar e imponer calidad desde ahí a lo interno, a todo el conglomerado social.
Entonces esto nos lleva a las dos figuras prominentes del peledeismo, a los amigos que el poder ha alejado, y aquí están los dos equivocados o uno es más culpable que el otro, pero eso que lo digan los historiadores a sus tataranietos.
Y esto es tan así, que la ruta del CP se va indiscutiblemente por el camino del irreunible con frecuencia llamado Comité Central, pero Central de qué, ahí no hay forma de un debate, y mucho menos con nivel, altura e independencia. Ya las decisiones llegan en papelitos.
Aunque aparentemente no se vea, esta ruta del CP copiando a su CC, es lo que empuja a una buena cantidad, a muchos de los peledeístas a creerse presidenciables, confunden tener recursos y algo de poder político y uno que otro tumba polvo, para ignorar que ese es un cargo que por necesidad histórica y del devenir dialectico es para pocos seres humanos.
Ojalá que no se hagan tan fuertes los del CP que se coman entre ustedes mismos, o también que se destruyan entre sí, porque entonces le estarían dando el regalo ideal de los hijos malos, malísimos al Profesor Juan Bosch; la fragmentación del PLD.
A pesar de la imitación del CP a lo más cómodo y al creer en la perpetualidad del poder político interno y externo, es decir, de éste imitar al organismo rector, el CC, tanto en la masificación como en el no reunirse regularmente, además de llevar los temas amarrados, pero lamentablemente la solución del problema está en pocas cabezas, quizás a duras penas sean tres las susodichas cabezas, pero lo lógico es pensar que son dos.
¡Hombres de Estado, experimentados y ya bien maduros, cuidadito eh!..., los ejemplos locales están ahí y bien fresquecitos.
9 de junio, 2016.-