Audo inició como dirigente sustituyendo el 8 de diciembre del 2012 al norteamericano Ken Oberfell. En ese momento los Leones eran los campeones nacionales, pero se encontraban en el sótano del standing. Vicente llevó a los Leones al campeonato, convirtiéndose en un dirigente muy cotizado.
Audo fue confirmado en el cargo para el torneo 2013-14. Los escarlatas llegaron hasta la serie final, perdiendo de los Tigres del Licey. Pagó los platos rotos de la derrota, tras bastidores se hablaba de otros asuntos que no vienen al caso.
Lo increíble de la historia de Audo es que fue despedido por los Leones en marzo del 2014 y en menos de 24 horas los Gigantes del Cibao lo contrataron como su dirigente para el torneo 2014-2015.
Vicente llevó a los Gigantes del Cibao a su primer campeonato. En apenas tres años Audo Vicente consiguió dos campeonatos, tres finales y sobretodo los dos títulos con equipos diferentes. Se pensó que con los Potros estaría por un largo período.
Los Gigantes despidieron a Audo Vicente en medio de la temporada pasada. Las Estrellas, tras una serie regular arrolladora tuvieron serios problemas en el Round Robin, intentando con varios dirigentes hasta finalizar el todos contra todos contratando a Vicente como su dirigente por los últimos cinco partidos.
Audo sigue siendo el hombre record. Ayer las Estrellas Orientales prescindieron de sus servicios, sin embargo en menos de 24 horas los Toros del Este, los sotaneros del torneo, lo fichan como su dirigente.
Este año ha sido una copia del torneo pasado o peor. El 2015-16 se convirtió en un festival de cancelaciones de dirigentes. Las Estrellas tuvieron cuatro, las Águilas cuatro, Gigantes dos y Toros dos, entendieron que sus managers eran los culpables de los fracasos del equipo.
Cuando digo que lo de este año es peor tengo toda la razón, pues Pablo Peguero no terminó como gerente de los Toros. Las Águilas, las Estrellas y los Toros han tocado el botón del pánico despidiendo a sus dirigentes. Moisés Alou señaló desde el año pasado que no será parte de ese festival, donde sólo se salvaron su hermano Luis Rojas y Lino Rivera de los Tigres del Licey.
En mi caso entiendo que no siempre los dirigentes tienen la culpa de las malas estructuraciones que hacen los gerentes generales o de la irresponsabilidad de algunos jugadores que no entienden su rol en los equipos y aparentan que ni sienten ni padecen. Por más malestar que haya en un club house nunca hemos visto cambiar siete u ocho jugadores de un tiro, mas lo de despedir y contratar managers se está convirtiendo en una pistola sin seguro.