Con el paso del tiempo y la utilización de métodos rudimentarios acompañados de la falta de iluminación nocturna y señalización, esta práctica se fue adoptando en el interior de los barrios en las cantidades y en los lugares con la decisión y bajo la discreción de los vecinos de los sectores para disminuir la cantidad y velocidad de los vehículos en circulación. Esta tendencia individualista sectorial y hasta personal ha ido deteriorando silenciosamente la belleza urbana de la ciudad.
Con la proliferación no controlada de esta práctica, sin una reglamentación que obedezca a las necesidades existentes, sin el diseño técnico y la construcción estructural requerida, la inexistente señalización e iluminación nocturna, se ha creado una crisis de circulación vehicular alrededor y a lo interno de estos barrios, elevando de manera vertiginosa el costo de mantenimiento de las calles debido al deterioro permanente y progresivo de éstas, por los efectos que genera el impacto del peso de los vehículos en la superficie del pavimento, producto de la construcción misma de estos reductores que no están diseñados, ni estructural ni geométricamente para el deslizamiento suave y paso de los vehículos, situación que aumenta el riesgos de daños en su barra de suspensión, debido al impacto de la velocidad y el peso sobre sí mismo.
Esta práctica ha ido creciendo a tal punto que las calles interiores de nuestros barrios son pasos prohibidos para los conductores que podrían utilizarlos como vías de desahogo en las horas de alto tránsito, aumentando de esta forma el flujo del tráfico en las vías principales del municipio, contribuyendo por vía de consecuencia a la generación de los embotellamientos en las horas pico.
Estos son los temas que debe asumir con responsabilidad la alcaldía, en coordinación con el Ministerio de Obras Públicas, para organizar y asumir la construcción y selección de los diferentes de estas estructuras en cuenta el fluido vehicular y la necesidad de su existencia en los lugares determinados por los estudios correspondientes.
Santo Domingo Este, Rep. Dom.