La carta fue remitida al señor Radhamés Abreu, esposo de la fenecida dama, y hace extensivo su pesar a sus hijos Julissa, Otto, Henriette y Anamia, así como al resto de su familia.
El jefe de Estado concluye su mensaje rogando a Dios “que acoja en su regazo el alma de Ana María y proporcione a sus deudos consuelo y resignación en estos dolorosos momentos”.