×

Advertencia

JUser: :_load: No se ha podido cargar al usuario con 'ID': 196

La unidad y grandeza del PLD está en su ejemplo de organización y disciplina.

Viernes, 11 Abril 2014 09:05 Escrito por  Publicado en Opiniones
Valorar este artículo
(0 votos)

Por: Wilson Evaristo Guerrero B.

Rocainformativa.com


El Partido de la Liberación Dominicana (PLD), es una organización política que desde el año 1996 ha estado dirigiendo el timón de este país, llamado “República Dominicana”, interrumpido en el año 2000 hasta el 2004, periodo funesto en el cual el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), hizo sucumbir la economía y propició el desorden en toda su expresión, hasta que el pueblo soberanamente decidió restituir en la dirección del Estado al glorioso Partido que fundara el profesor Juan Bosch y todavía a la fecha administra y seguirá siendo el gobierno de todos los dominicanos.

Digo y sin temor a equivocación, que aunque después de probar la condición de ser un partido diferente a los que antecedieron en la dirección del Estado y convertirse en el más grande actualmente, todavía conserva la hegemonía de ser el más organizado y disciplinado.

Que bajo ninguna consecuencia lo compararía con el PRD, un partido que llevó a su líder José Francisco Peña Gómez, a situarlo entre la espada y la pared, a tal modo que no pudo ver su tan anhelado sueño de unidad entre sus seguidores, que todavía hoy día su división e intereses personales lo tiene fuera de juego, sin oportunidad alguna de volver a ser gobierno, digo por lo menos por muchos años.

Que hay dirigentes y líderes que conforman equipos de seguidores, eso no es sorpresa para nadie con cinco dedos de juicio, y es que cuando logran puestos de dirección nombran y ayudan a compañeros que siempre se lo agradecen y es una de las mejores formas de agenciarse adeptos que por agradecimiento los siguen donde quiera que van y hacen lo que éste les traza.

Aquí y en todo el mundo ésa es una realidad, de que algunos que por muchos años han ocupado puestos y recursos, no  entienden que deben ser solidarios con los compañeritos de la base de su partido, es otra cosa, pero al fin y al cabo cuando deciden optar por cargos electivos, no tienen quien los respalde, que es el caso de muchos dirigentes políticos de nuestro municipio que hoy quieren mostrarse como su chapulín colorado con sus antenitas de vinil y su chipote chillón.

En verdad no veo que sea difícil mantener una posición política cuando usted le sirve a los demás, pero hay quienes desde que llegan a la posición se olvidan de que tienen seguidores detrás y que deben agradecerle que lo empujaran hasta llegar a esa colocación; y por eso usted escucha frases como: “déjalo que él cae, y lo vamos a esperar aquí abajo”.

Por esa razón vemos algunos dirigentes que no ganan nunca cuando aspiran, porque, además de no tener carisma, ni la capacidad de caer en gracia por sus cualidades de solidarios, humildes o altruistas, “que ni siquiera un saludo dan cuando llegan a lugares donde están los compañeritos, haciéndolo sólo con los que conocen y esa es una mala costumbre que debe ser repudiada por todos”.   

Pero volviendo a la grandeza del partido morado, no recuerdo que jamás éste haya provocado desorden alguno en el desarrollo de sus actividades, de los cuales pueda sentirme avergonzado, por lo que no veo razones lógicas para compararlo con el partido blanco, una organización que históricamente ha traído luto al seno del pueblo dominicano y, de donde el profesor Bosch, que fue su fundador, decidió apartarse, por la desunión, el egoísmo y la rivalidad imperante, males que aún hasta la fecha son preponderantes y eternos.

El PLD es una organización que como todas las que han gobernado mal o bien han creado planes sociales, con los cuales satisface las necesidades de muchos dominicanos sean o no miembros de su matrícula y es que el gobierno no tiene la capacidad de emplear a todos los miembros, simpatizantes y seguidores, por lo que es necesaria la ayuda de un chequecito, una comprita, la reparación de su casa o la compra de una receta, etc., etc. Díganme ustedes quién no se sentiría agradecido cuando un líder le asegura la solución de estos simples problemas para ellos, pero que para el que no lo tiene es grande.

Dice un adagio que aquel que ataca sin fundamento lo hace porque le quitaron algo o no le dieron de algo que se enteró que existía, pero que no tiene ningún derecho, porque es costumbre del mediocre sentirse derrotado por el triunfo de otro, además de que cuando se acerca  no logra que lo dejen lamer la miel, no sabiendo que hay que sembrar para poder cosechar.

Lo cierto es que para aquellos que se autodenominan dirigentes o líderes, que tal vez no conozcan su verdadero significado y que no lo voy a explicar, porque para eso están los diccionarios y no voy a incurrir, como hacen ciertos amigos, de ir a google y hacer copy y pega porque no es mi estilo, a ellos les será difícil conseguir tener credibilidad y el apoyo de la población, ya que sólo se acuerdan de que existimos cuando los cancelan de los cargos, sin embargo aquellos que están siempre presentes contarán con el apoyo de todos los que con el corazón noble y justo respaldarán sus acciones y líneas trazadas.

Respeto el parecer de todos y cada uno de los que expresan sus pensamientos e ideales, porque es un derecho fundamental, pero no por eso tengo que compartirlo y hacerlo mío. Creo que la honestidad es un don, al igual que la lealtad, pero pocos lo poseen cuando se trata de detractar honras, moral, humildad y otros buenos valores, con el objetivo de alcanzar posiciones y metas inmerecidas; y aunque algunos no crean, Dios existe y su grandeza se muestra cuando los verdaderos leales a él cumplen con sus mandatos.     

Razones lógicas para entender de por qué  los honestos tienen más obstáculos y tentaciones para alcanzar sus metas,  metas que al final con la bendición del altísimo siempre son logradas para servir a los demás, lo que causa roncha en los adversarios que sólo buscan dañar la imagen de quien ilumina en la oscuridad.

Santo Domingo Este, Rep. Dom.-

INFORMACIÓN RELACIONADA:

EL PLD: entre corrientes y seguidores.