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¿Quién deberá decidir el candidato presidencial? (2-2)

Lunes, 07 Abril 2014 09:41 Escrito por  Publicado en Opiniones
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(2-2)

Por: José Núñez Pérez

Rocainformativa.com


Continuando en el mismo contexto de los párrafos anteriores, para las elecciones  del año 2000, en el Partido de la Liberación Dominicana se presentó un choque, un verdadero enfrentamiento electoral entre el poderoso Secretario de Estado de la Presidencia, el licenciado Danilo Medina y el popular Vicepresidente de la República para esa fecha, el doctor Jaime David Fernández Mirabal.

Para entonces, decían mayoritariamente los eruditos del peledeismo, que el merecedor, que quien se lo había ganado por su incansable y permanente trabajo en la organización era Danilo Medina, aunque los más objetivos y los menos apasionados con estos intereses entendían que la oportunidad de continuar en el poder la representaba Jaime David Fernández Mirabal.  

En definitiva ganó la estructura orgánica, que desde afuera se veía cerrada, dogmática, apoyada también por el presidente de turno, con mucha delicadeza y en aparente equilibrio, pero el apoyo estaba en el Laissez Faire, es decir, en el dejar hacer, dejar pasar. No escucharon las voces del pueblo o gran parte de éste, mejor dicho.

Ahí están los resultados, los que no quisieron oír al soberano, argumentaron que esas elecciones se iban a perder de todas formas. Ahora, lo cierto fue que algo quedó muy claro, se impuso la mayoría interna y el poder, subestimaron a la mayor parte del pueblo y, habló la historia convertida en ciencias política. Resultado: perdió el PLD y su candidato.

En el caso del Partido Revolucionario Dominicano, no hay que argumentar mucho, bastaría citar lo que dijo Rafael (Fello) Suberví Bonilla, él siendo también aspirante a la presidencia de la República, cuando su partido estaba en pleno debate entre ellos para escoger su candidatura presidencial para el año 2000: «En estas elecciones internas no estamos escogiendo a un candidato a la presidencia, es al próximo presidente de la República». Sus palabras fueron lapidarias.

Para el año 2004 se enfrentaron el expresidente doctor Leonel Fernández y su ex vicepresidente, el doctor y agrónomo Jaime David Fernández Mirabal, ahí comenzó la decadencia con síntomas de irreversible hasta la fecha del jaimismo, por la torpeza mayúscula de este caballero.

Inteligentemente, Danilo Medina con su audacia y experiencia política se repliega y da su apoyo con su gente a Leonel Fernández, que a la sazón era el aclamado mayoritariamente por las masas y, ganó nuevamente la candidatura a la presidencia, tanto en el PLD como en la nación.

Hipólito Mejía, en el año 2004 se impuso como candidato, concomitantemente con su reforma constitucional a la reelección presidencial y desde el poder del Estado que desempeñó con muy pocos éxitos y además con una economía en picada, recibió una lección; la derrota fue aplastante.

En el 2008 prende la reelección de Leonel Fernández, muy bien posicionada por cierto, tanto frente a sus oponentes internos como a los externos.

El licenciado Danilo Medina que fue su principal opositor en esa época, al confrontarlo vivió momentos difíciles en términos político. Las bases peledeista volvieron a escuchar al pueblo y ganó otra vez Leonel ambas candidaturas, la interna y la nacional.

El que perdió dijo lo que muy bien sabía y sabe; en batallas políticas internas, frente a los tuyos el poder es imparable.

El PRD en esta ocasión llevó al ingeniero Miguel Vargas Maldonado, fue una muy buena escogencia de las bases perredeistas, llevaron su mejor opción en esa coyuntura, aunque con un partido dividido y un oponente con popularidad y en el poder, Miguel Vargas podía tener buena participación, ahora su derrota era y fue segura.

Para el 2012, en las elecciones internas del PLD, se presenta por tercera vez Danilo Medina, ya la reelección por asuntos constitucionales estaba prohibida, no sin antes en el país haberse producido intensos y extensos debates sobre el tema, antes, durante y después de aprobarse esta Ley en la Carta Magna.

Danilo Medina iba prácticamente solo en pos de esa candidatura, ya que aunque existieron varios precandidatos ninguno prendió ni mínimamente, nunca presentó peligros alguno las demás opciones y lógicamente gana abrumadoramente el experimentado hombre de Estado.

Debemos agregar, que probablemente el posicionamiento del licenciado Medina frente al electorado nacional no era el ideal, aunque ciertamente frente a sus adversarios internos lucía abrumador, y las bases moradas ya con experiencias en estos asuntos, seleccionaron su mejor opción y el resto es historia; ganaron otra vez los peledeistas las elecciones nacionales.

Si llevamos este escenario de las elecciones pasadas al Partido del jacho prendío, observamos que gana asombrosamente el hombre que presentaba la mayor tasa de rechazo dentro de ese partido, es decir, que era por lo tanto el que no podía llegar potencialmente en las votaciones a los mayores porcentajes, escogieron a Hipólito Mejía en una competencia cerrada contra Miguel Vargas. Pagaron el precio de su irracional elección interna, conjugada con sus recurrentes divisiones partidarias y personales, no llegaron a ganar el poder, perdieron las elecciones nuevamente.

Las experiencias nos indican que los aspirantes a ser escogidos como candidatos a la presidencia de un partido determinado deberían hacer su estrategia al revés, no como acostumbran, o sea que deberían ofertarse al electorado y si su aceptación después de un tiempo prudente no supera los dos dígitos, es decir, el 10 por ciento, que no aspiren por la denominación a lo interno, hoy buscan apoyo interno sin apenas ser bien conocido por la población.

¿Cómo es el asunto; o es buscando lo que no dicen públicamente? Posicionarse. Ahora bien, si se deja a las bases partidarias elegir en una competencia medianamente sana, es muy probable que éstas escojan la opción ideal para obtener o quedarse con el principal poder del Estado: La presidencia.

Santo Domingo Este, Rep. Dom.-

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Modificado por última vez el Lunes, 07 Abril 2014 10:47