Por Horacio Nolasco

El estelar  Madison Bumgarner es una de las figuras del béisbol de las Grandes Ligas, uno de los grandes lanzadores del momento  y  un bateador muy talentoso.

Los talentosos Mets tienen como principal virtud la joven y majestuosa rotación que los llevó hasta la Serie Mundial el año pasado.

Hace precisamente 30 años que los Mets consiguieron su segundo título de Serie Mundial en su historia, cuando vinieron de atrás ante los Medias Rojas de Boston, gracias al costoso error de Billy Buckner y a los nervios del sudoroso relevista Calvin Schiraldi.

En mi caso, de niño y adolescente era un privilegio seguir cada juego de la Pequeña Serie Mundial, como le decían antes al evento que reúne los equipos ganadores del Béisbol Otoño-Invernal. Cuando los partidos se efectuaban en la Costa del Pacífico de México sabía estar bien entrada la madrugada con un radito de pilas en mis oídos, pues el rigor y la escuela al día siguiente obligaban a acostarse temprano, pero como apasionado de este deporte lograba vencer el sueño a altas horas de la madrugada.

Justo al cumplir los 40 maños el Big Papi, el David, como suelo llamarlo o el primer bateador designado que ingresará al Salón de la Fama, David Ortiz es una estrella que brilla con  luz propia en el firmamento de las mayores.

Las Águilas Cibaeñas han caído últimamente en una especie de agujero negro que los ha llevado hasta el fondo de la clasificación.

De los agujeros negros, según las teorías astrofísicas,  no escapa ni la luz y se forman cuando muere una estrella. Si analizamos el asunto, la situación actual de los 20 veces campeones no escapa a tal acontecimiento, pero vamos por parte.

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