A continuación las declaraciones de la agrupación política de la diáspora dominicana. Los planteamientos fueron dados a conocer por Alex Amaro, miembro de la organización que agrupa ciudadanos de la diáspora en NY.
Reformar la Constitución, solo si es para ganar más derechos y fortalecer la democracia
Ya dijimos en 2010 que esa Constitución no era la nuestra, y nada ha cambiado para defenderla ahora. Si el PLD abre un escenario para reformarla, nosotros vamos a defender una nueva y mejor Constitución que restablezca los derechos conculcados por la pasada reforma, y consagre nuevos derechos, todos negados por la maquinaria conservadora que estamos empeñados en derrotar en el más breve plazo posible, y de la manera más contundente.
El PLD intenta reformar la Constitución para garantizar la reelección del presidente Danilo Medina y su continuidad al frente del gobierno y del proyecto peledeísta. Algo que no nos toma por sorpresa, ya que la dinámica del ejercicio de la política y del poder en la República Dominicana potencia las derivas mesiánicas y caudillistas de quienes en un momento determinado se erigen en líderes de alguna u otra formación política. “La dinámica del ejercicio de la política y del poder en la República Dominicana potencia las derivas mesiánicas y caudillistas de quienes en un momento determinado se erigen en líderes”.
El caudillismo representa una de las principales trabas para el desarrollo de la democracia y la renovación constante de las formaciones políticas y de sus liderazgos. De ahí que, en parte, estemos de acuerdo con la necesidad de poner límites a la representación política en democracia, pero eso no puede ni debe ser el antojo de un grupo político determinado, no.
Establecer un límite constitucional a la representación política directa, exige un firme compromiso de todas las fuerzas políticas democráticas y de la sociedad civil, de manera que, se constituya en un acuerdo de nación, un pacto de Estado, que comprometa a todos los sectores de la sociedad con su debida observación y respeto.
Pero además, no se puede reformar la Constitución solo para adular al presidente ni garantizar su continuidad, hay que reformarla para reforzar el Estado de derecho, es una oportunidad para reconocer derechos de significación universal, como el derecho de las mujeres a decidir sobre su vida y su cuerpo, o garantizar la protección y amparo del Estado para que todas las personas puedan amarse, contraer matrimonio y formar familia libremente.
Somos conscientes de que la cúpula peledeista y su bancada legislativa no avanzarán en el restablecimiento de derechos reconocidos en constituciones pasadas, y el reconocimiento de otros tantos negados de manera sistemática hasta nuestros días. Tampoco lo harán bajo la presión de determinados sectores de la oposición, ya que comparten la misma visión conservadora y autoritaria sobre la vida y el ejercicio del poder.
En cambio, solo la movilización de la ciudadanía es lo que podrá empujarles a realizar una reforma constitucional realmente democrática y participativa, que tenga como centro a las personas y no las ambiciones particulares del presidente y su grupo.
Como parte de la diáspora y del pueblo dominicano, vamos a luchar para aproximarnos a la mejor constitución posible, pero tampoco nos engañamos, por eso trabajamos para animar a la ciudadanía a avanzar hacia un escenario constituyente que permita el reconocimiento pleno del tipo de sociedad que somos hoy, de manera que la Constitución lograda sea expresión del entendimiento de todos los sectores sociales existentes, y no de la imposición de un grupo determinado, aun cuando pueda resultar políticamente mayoritario.
La batalla por el cambio está planteada, la mafia peledeista defenderá el privilegio de seguir en el poder, la ciudadanía debe organizarse y movilizarse para defender su derecho a vivir con libertad y en democracia, con todas las garantías necesarias.
Ahora/Now
New York