Martínez, distinguida como agregada del Colegio Americano de Cardiología, precisó que la patología afecta a personas con buena salud que ingieren cantidades moderadas o altas de alcohol en corto tiempo.
Sugirió mantener un buen estado de hidratación, no ingerir grandes cantidades de alimentos, no mezclar alcohol con otras sustancias, ni descuidar medicamentos y conocer el estado cardiovascular con una visita al cardiólogo.
Entre las medidas más importantes para evitar el síndrome recomienda reducir el consumo de alcohol a una copa de vino por día, 16 onzas de cerveza, dos onzas de alcohol etílico o cuatro de wisky y en el caso de las mujeres las dosis deben reducirse a la mitad.
Advirtió que el alcohol afecta al músculo cardíaco y trae como consecuencia una disminución en la capacidad del corazón para bombear la sangre, pero que el efecto más importante es el desencadenamiento de arritmias, especialmente la fibrilación auricular, frecuente, peligrosa y factor de riesgo para tromboembolismo cerebral, que deja secuelas permanentes.
La ex presidenta de la Sociedad Dominicana de Cardiología dijo que puede producir arritmias muy graves, y hasta muerte súbita, si el afectado tiene factores de riesgo o una enfermedad cardíaca previa.
“Los niveles de alcohol van a depender del grado de concentración en la bebida, el tiempo en el que se ingiere, frecuencia en tomar, peso corporal, contenido de agua en el organismo, estado de ayunas, uso de otras sustancias, como energizantes, estimulantes sexuales, drogas y actividad sexual ”, detalló.