Tanto uno como el otro, mantienen sólidos liderazgos en toda la estructura partidaria de su demarcación política, la circunscripción No. 2, de Santo Domingo Este. En determinados Comités Intermedios, sus presidentes no están con Cabrera o no están con Manuel, pero es indiscutible que en todos los intermedios, cada uno de ellos cuenta con un amplio e incuestionable liderazgo y respaldo popular.
No es casual que Manuel Jiménez esté ejerciendo su tercera gestión legislativa, luego de haber obtenido la mayor votación en su demarcación, durante el pasado proceso congresual del año 2010, superando a su colega y compañero Ramón Cabrera. Tampoco es casual que Cabrera esté ejerciendo su segunda gestión como diputado al congreso. Cabrera fue electo diputado por primera vez, en el año 2006, momento en el que obtuvo la mayor votación, superando a su colega y compañero Manuel Jiménez.
Dos veces ha aspirado Cabrera ser electo diputado y las dos veces ha resultado electo. Manuel ha aspirado tres veces ser electo diputado y las tres veces ha tenido éxito. Los dos aspiraron al Comité Central de su partido y ambos resultaron electos en el mismo proceso.
Se trata de dos incansables trabajadores, meticulosos como el que más, conocedores de la idiosincrasia de la dirigencia y de la membresía de su partido, lo que unido a su inteligencia, les ha permitido mantener su joven hegemonía.
Lo anterior viene a colación, porque hay quienes faltando a toda objetividad, pretenden descalificar a Manuel y a Cabrera, de cara a futuros procesos electorales. Algunos han intentado descalificar a estos dos temibles y exitosos combatientes, en ocasión del inminente proceso de reorganización del PLD, para el cual ya hay quienes aspiran de manera legítima ser electos presidentes provinciales, municipales, de circunscripciones, de intermedios o miembros del CC; y con prelación al proceso congresual y municipal al que están llamados todos los electores dominicanos, para mayo del 2016.
Me parece, que ni Cabrera ni Manuel están interesados en postularse para la presidencia de su demarcación ni a ningún cargo electivo inmediato. No necesitan aspirar al Comité Central, pues ya son miembros del CC. La próxima contienda electoral en la que ellos podrían aspirar, está relativamente lejana, que es el 2016, momento en el que podrían aspirar legítimamente ser reelectos diputados, ir a por la alcaldía de Santo Domingo Este, tal vez a por la senaduría de Santo Domingo, ¿Por qué no? No dudo que tanto uno como el otro puede ser un excelente alcalde de este municipio y por su vasta experiencia legislativa, un excelente senador.
Sin embargo, ninguno de ellos ha expresado, por lo menos públicamente, sus posibles aspiraciones para el año 2016, porque saben que es extemporáneo, como extemporáneo es el temor que albergan algunos en sus corazones.
Así las cosas, no logro entender, qué puede motivar que un dirigente político pretenda descalificar a alguien que no se está postulando para ninguna posición. Podría entender perfectamente que en el fervor de un proceso electoral, alguien arremeta acremente contra tal o cual candidato, que por cualquier razón considere que no es digno de ser favorecido con el voto mayoritario.
Tal vez quienes así actúan perciben a Manuel y a Cabrera como los potenciales e invencibles candidatos del 2016, a la posición congresual o municipal que éstos decidan perseguir. De ser así, entonces les comprendo y les concedo razón, a pesar de sus extemporáneas preocupaciones y temores, porque también yo estoy convencido y todos pueden estar seguros de que los mismos estarán presentes en el proceso electoral del 2016. No sé a que posición aspirarán, pero estoy convencido de que lo harán y de que una vez más, lo lograrán.
Por lo tanto, advierto que subestimar a alguno de esos dos aguerridos combatientes, es un craso error de quien lo haga. Son dos hombres de cuidado, a quienes jamás se les debe subestimar, como tampoco ellos subestiman a ningún dirigente. Tal vez por ello es que siempre logran sus objetivos. No dan palos a ciegas, ni pasos en falso, siempre pisan tierra firme, son realistas no ilusos y con sus miradas escudriñadoras, enfocan muy bien sus objetivos. “Es por ello que donde ponen el ojo, ponen la bala.”
¡No los subestimen!
Santo Domingo Este, Rep. Dom.-