Torrenciales felicitaciones, parabienes y bendiciones, vertidas por sus alegres compañeros, han sido recibidos por la inteligente, joven y feliz dama, que no se cambia por nadie.
Entre las bendiciones derramadas por sus compañeros, se destaca el deseo que Dios Todopoderoso provea a la bella, fina, delicada, soltera y no comprometida dama, de su faltante y anhelada media manzana, que dé lugar a un lindo y eterno idilio, para la fundación de una bella y sólida familia que aporte a la sociedad dominicana, por lo menos media docena de hombres y mujeres de bien.
Santo Domingo, R. Dom.